Infección
Infección es la colonización de un organismo huésped por parte de especies exógenas. El organismo colonizador es dañino y amenaza la supervivencia del huésped, por lo tanto es patógeno.
Es normal que los organismos pluricelulares sean colonizados de alguna manera por especies exógenas, en la mayoría se da una relación simbiótica que no provoca infección sobre el huésped. Por ejemplo, las bacterias anaerobias que habitan en el colon de los mamíferos, o los estafilococos que habitan en la piel humana.
La infección activa es producto de la batalla entre el organismo patógeno que se multiplica empleando recursos del huésped, y éste por sobrevivir.
La infección sobreviene cuando se presentan las condiciones adecuadas. Si un organismo patógeno está en pequeñas cantidades y se circunscribe a un área protegida por el sistema inmunitario, no tiene lugar la infección. En cambio, si se dan las condiciones adecuadas de presencia y oportunidad, casi cualquier agente puede tornarse patógeno.
Factores incidentes en la infección:
Hay una cantidad de variables que intervienen en el proceso de infección cuando se inocula un patógeno en un huésped.
• Ruta de entrada del patógeno y acceso al huésped ganado.
• Período de incubación.
• Cantidad de gérmenes.
• Virulencia propia del organismo patógeno (su capacidad de multiplicación).
• Toxicidad.
• Poder invasivo.
• Tiempo de actuación.
• Asociación microbiana.
• El estado del sistema inmunológico del huésped colonizado.
Ejemplos son: los estafilococos presentes en la piel, que son inofensivos en ella, pero cuando aparecen en un espacio donde no son habituales (como la cápsula de una articulación o el peritoneo) se multiplican sin resistencia, lo que acarrea serias consecuencias para el huésped.
Sintomatología de la infección:
Entre los síntomas de una infección están: calor, enrojecimiento e inflamación localizados, supuración, olor desagradable, dolor ante la palpación. En los casos graves, puede aparecer fiebre, náuseas, escalofríos, vómitos, diarrea y fatiga.
Tratamiento de la infección:
En general el tratamiento de una infección se realiza a través de la administración de antibióticos. Hay un amplio espectro de antibióticos específicos para distintos tipos de patógenos.
Un antibiótico es un medicamento empleado para el combate de las infecciones bacterianas, usualmente inofensivo para el huésped (aunque puede ocasionar reacciones adversas), que mata o impide el crecimiento de ciertas bacterias.
Al comienzo se denominaba antibiótico a las formulaciones derivadas de organismos vivos, actualmente se incluyen los antimicrobianos sintéticos también (quinolonas, sulfamidas, etc). Un antibiótico es una sustancia secretada por un microorganismo, capaz de afectar a otros microorganismos como son los hongos y bacterias, pero no a los virus.
El antibiótico se emplea en el tratamiento de casi toda infección bacteriana. Puede experimentarse una reacción adversa al antibiótico, o también puede afectar a la flora bacteriana habitual en el organismo.
Para prevenir la aparición de la infección, se puede recurrir a la ingesta de ciertos alimentos, o de suplementos nutricionales, como glutamina, vitamina A y C, etc.

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